Cabra

CABRA
(Capra hircus)


Familia: Bóvidos.
Orden: Artiodáctilos.
Clase: Mamíferos.


Descripción y origen

Tradicionalmente aprovechada desde hace milenios por su leche o por su carne, la cabra, de la que existen múltiples variedades, puede llegar a medir más de un metro de longitud, con una alzada a la cruz de 90 cm y alcanzar un peso que sobrepasa largamente los 100 kg. La presencia de cuernos en los ejemplares de ambos sexos, aunque los de los machos lleguen a ser mucho más largos, recurvados u poderosos, caracteriza la especie. El pelaje, largo y denso, pero variable según las razas, puede tener color muy variable, desde el negro uniforme hasta el blanco, pasando por el castaño o los tonos 'manchados'. Una curiosa barba, más densa en los machos adultos, adorna la base interna de la mandíbula
inferior.

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Originarias, al parecer, de una especie salvaje autoctona de Asia Menor, fueron ya domesticadas por el hombre unos cinco mil años a. de C.


Longevidad

Dieciséis a veinte años.


Alojamiento

La resistencia proverbial de estos animales les permite vivir en áreas desérticas, que contribuyen a esquilmar con su voracidad y omnivorismo comprobados. Un ejemplar, como mascota, necesita únicamente un reducido establo cerca del campo abierto, en donde pueda deambular diariamente.

No son adecuadas para una terraza o jardín, ya que sus excelentes dotes trepadoras y su afán por devorar todo tipo de vegetales pronto dejaría los recintos yermos.


Alimentación

Devoran cualquier cosa, pero deben ser mantenidas con paja, avena, cebada, pasto fresco en pequeñas proporciones y cualquier desecho arbóreo con hojas frescas y tiernas.

Ha de cuidarse que no puedan acceder a telas, papeles, cartones e incluso latas de conserva, que ingieren sin el menor reparo.


Carácter y comportamiento

Gregarias, trepadoras impenitentes, con un comportamiento deformado por los largos años de cautividad, los animales readaptados a la vida salvaje se organizan en grupos de 7 a 15 ejemplares conformados por hembras, jóvenes y un macho adulto, que en otras ocasiones falta.

Los cabritillos, como deliciosos juguetes vivientes, se habitúan muy prontamente a jugar con los niños casi como cualquier perrito. Los adultos, sin embargo, después de un año de edad, pueden ser esquivos, desiguales e imprevisibles.


Cuidados diarios

Los animales cuidados como mascotas requieren limpieza del pelaje y colocación de collares antiparasitarios, así como vacunaciones periódicas contra las enfermedades más comunes.


Reproducción

Polígamos naturales, un macho cabrío puede atender la cubrición de un buen rebaño de hembras. El período de gestación es muy variable, entre cinco y seis meses, transcurridos los cuales, la hembra pare un precioso cabritillo, aunque excepcionalmente nazcan dos, tres e incluso cuatro pequeños. A las pocas horas, el recién nacido ya se tiene en pie, comenzando a trotar al lado de su madre.

La lactancia puede prolongarse uno o dos meses, y a partir de un año los ejemplares pueden reproducirse.


Enfermedades

Numerosas parasitosis externas e internas pueden condicionar el estado sanitario de este ganado, que, sin embargo, suele mantenerse sano durante largos años, previas las vacunaciones y cuidados pertinentes.